Wild M420 Apozoom

Vamos a ver en detalle este microscopio y sus características. Se trata del Wild M420 Apozoom. Más que un microscopio, a primera vista parece una lupa binocular o estereoscopio, pero eso sólo es a primera vista. Los estereoscopios, como su nombre indica, nos proporcionan una visión estereoscópica, lo que permite ver el objeto en tres dimensiones. Para ello, el instrumento debe imitar la función visual natural del ser humano, que es ver el objeto desde dos puntos de vista diferentes, uno por cada ojo. Luego el cerebro construye sobre esos datos una imagen tridimensional. Esto no ocurre con los microscopios binoculares, pues aunque la visión se realiza con los dos ojos, al haber un solo objetivo, las imágenes que se reproducen en las dos retinas son idénticas y por lo tanto la visión no puede ser realmente tridimensional. Así ocurre igualmente con el M420 al poseer un sólo objetivo. Sin embargo lejos de ser una contrariedad, esta característica tiene sus ventajas.

La primera y más importante se refiere a la documentación fotográfica. Lo que se ve por cada uno de los oculares y lo que sale por el tubo fotográfico es la misma imagen, idéntica. También, en el ámbito científico e industrial es muy importante la medición exacta de los objetos. Para ello, el M420 está especialmente indicado sobre las lupas binoculares, pues en ellas, se puede dar el caso de ver por un ocular y fotografiar o medir por el otro, siendo así que la imagen puede no ser la misma. Vamos pues a realizar esta modesta revisión del microscopio, o «macroscopio» como viene escrito en el cabezal.

La construcción física.

A primera vista, la apariencia del Wild M420 se ve muy sólida. Existen varias configuraciones del instrumento, con diferentes bases y brazos. Esta unidad es de las más sólidas que existen. La base, con unas medidas de 350x530mm, es realmente sólida, con un peso de 16 Kg. El macroscopio completo pesa 26Kg. Necesita una mesa fuerte. Los tornillos que sujetan la columna principal a la base son tres, de métrica 8 y cabeza allen. En pocos microscopios se ven tornillos de esas medidas. Además, la columna principal se puede posicionar en tres lugares diferentes de la base, para ajustarnos a la configuración más conveniente.

La mecánica.

Una parte muy importante en cualquier microscopio o aparato óptico en general es la mecánica. Las lentes son elementos que necesitan enfocarse, moverse en el espacio para producir imágenes claras. Así mismo, deben poder recorrerse campos más o menos amplios de los especímenes observados. Las maniobras deben ser precisas y suaves al tiempo que confiables y sólidas. El microscopio debe poder manejarse con comodidad, firmeza y sin temor a romperlo.

Todo esto lo cumple a la perfección el Wild M420. Sin temor a equivocarnos podemos calificar este macroscopio como un «tanque». Para que veáis el recorrido del objetivo sobre un amplio campo de trabajo nada mejor que un vídeo en el que se pueda apreciar el movimiento del equipo. Con sólo aflojar dos palomillas con la mano, se libera todo el conjunto del cabezal, y podemos recorrer la base para situarnos encima de la parte del objeto que queremos observar.

Sólido como una roca, el M420 es al mismo tiempo muy versátil.

El enfoque grueso y fino funciona muy bien. Es cierto que acostumbrado a los microscopios en los que se mueve una platina de 300 gramos, aquí hay alguna diferencia. No podemos olvidar que el cabezal del M420, completo, con el objetivo Apozoom pesa 4,7 Kg, y esa masa es la que debemos subir y bajar con los mandos de enfoque. Pero la solución mecánica de Wild funciona muy bien. Tanto con el enfoque grueso como con el fino es muy fácil y cómodo subir y bajar sin esfuerzo. Más fácil bajar que subir, por razones evidentes. De hecho, es perfectamente posible subir el cabezal grandes distancias utilizando el enfoque fino, pero no parece lo más recomendable. Si queremos cuidar nuestro equipo y que nos dure muchos años sin problemas, lo más adecuado sería subir con el enfoque grueso y después manejar el fino para las distancias cortas. Otra vez aquí la imagen vale más que mil palabras.

El enfoque grueso y su funcionamiento.
Enfoque grueso y enfoque fino, la mejor combinación.

La calidad mecánica del macroscopio queda manifiesta en muchos aspectos. Uno de ellos: que aunque en su recorrido hacia abajo va más suave que hacia arriba (cosas de la ley de la gravedad), en ningún momento el cabezal se cae o descuelga hacia abajo una vez enfocado, ni aunque ejerzamos presión con las manos sobre él. Lo que es natural si pensamos que está destinado a añadir el peso de una cámara a sus ya casi cinco kilos.

Vemos un detalle del eje dentado, que se mantiene perfectamente a pesar de los años transcurridos. También se ven las guías con los rodillos. Todo ello para un funcionamiento sólido y preciso al mismo tiempo.
Sobre esta rueda dentada, que en realidad es el mismo eje de los mandos, recae todo el peso de los casi cinco Kg del cabezal. Quizá el punto débil de la construcción del microscopio si no se trata con cuidado, según he visto en algún foro. Por suerte, esta unidad ha estado y está en buenas manos.

Sobre la parte mecánica, poco queda ya que decir, dada la modestia de esta revisión. Las sensaciones son muy buenas y se nota que está muy bien construido, como se hacían las cosas antes: para durar.

La óptica.

Aquí ya habría muchísimo que decir, y muchas cosas que escapan al propósito de esta sencilla revisión. Creo que el objetivo Apozoom con el que está equipada esta unidad es de lo mejor que en óptica se ha construido nunca para estos propósitos. El funcionamiento es una delicia. Cuando enfocas un especimen y vas incrementando los aumentos, apenas tienes que enfocar nada. Tus ojos se van acomodando sin darte cuenta a la nueva distancia y es una gozada. Acostumbrado a cambiar de aumentos con el cambio de objetivo, esto es otra cosa.

Funcionamiento del Apozoom.

La fotografía macro no es mi especialidad, ni mucho menos, así que he realizado unas fotos sobre algunos objetos a fin de que os hagáis una idea de lo que se ve a través del ocular. Y digo a través del ocular, porque he utilizado para las fotos un adaptador para el teléfono móvil. Concretamente el teléfono Iphone SE y el adaptador Magnifi, de ActurusLab. Como uso y tengo varios micros, con este adaptador me arreglo para tomar imágenes con calidad decente y las puedo subir a Youtube o compartir sin salir del teléfono. Es muy práctico, aunque claro, no se alcanza la calidad que alcanzaría con una cámara réflex acoplada.

El adaptador utilizado, universal y de fácil configuración.

Por otra parte, las imágenes no están tratadas de ninguna manera, aunque habrían quedado mucho mejor si se hubieran apilado o retocado. Así que tener en cuenta que las imágenes están tomadas tal cual, desde el ocular del macroscopio. Y ni siquiera desde el ocular del Wild, porque en el adaptador del teléfono tengo ya instalado un ocular 10x universal. Así que el método es, retirar el ocular de cualquier microscopio e insertar el ocular del adaptador. Si es de 23mm directamente y si de 30, con un adaptador. Vamos allá.

El macroscopio dispone de un diafragma que podéis ver en la foto.

Mando del diafragma del Wild M420
Se puede abrir o cerrar a voluntad, pero tiene tres posiciones predeterminadas en las que situarse mediante un «click».

Como en todos los microscopios y cámaras, la apertura del diafragma determina la profundidad de campo así como la resolución y la luz. Veamos tres imágenes sobre la punta de una aguja de coser al máximo aumento.

Uno puede ir abriendo el diafragma cuanto quiera, pero hay unas posiciones en las que la rueda queda fijada, aunque se puede dejar en cualquier posición, sean estas u otras.

Veamos otras imágenes, en este caso de una moneda de cinco céntimos de euro, en la que está acuñada la fachada de la catedral de Santiago de Compostela. Aumento menor, medio y máximo.

Y también unos granos de azúcar sobre fondo negro. Estas fotos quedarían muchísimo mejor tratadas con algún programa de apilamiento, claro.

Granos de azúcar.

Aunque la resolución de la cámara del teléfono no es mala, al haberse actuado sobre el zoom digital para evitar el viñeteado y haber poca luz, el resultado es lo que ha salido. Hay bastante ruido, aunque no está mal, dadas las circunstancias. La configuración para realizar las fotografías es la que se ve a continuación:

Así se han tomado las fotografías.

Para fotografías de calidad, debería acoplarse un adaptador al macroscopio y utilizar una cámara réflex. Por cierto, el macroscopio no dispone de mando para enviar la luz al puerto de la cámara o a los oculares. El mando que tiene, lo que hace es que evita que la luz que puede entrar por los oculares pase al tubo fotográfico, evitando así contaminar la imagen con reflejos inapropiados. Aún así, se puede seguir observando por los oculares cuando se obtura.

Este mando, cuando está en esta posición evita que la luz que entra por los oculares llegue al fototubo.

Y esta es la breve reseña que me ha parecido oportuno hacer sobre este macroscopio Wild M420 Apozoom. Existe otro equipo dotado con un objetivo Makrozoom, que es de calidad inferior, aunque también debe funcionar muy bien. Pongo aquí un enlace interesante en el cual Enrico Savazzi nos ofrece muchos y muy certeros datos.

En fin, lo dicho, las características fundamentales a destacar son: calidad y robustez. Es un equipo para durar «toda la vida».

Un saludo microscopistas.