Como decía en una anterior entrada del blog, los microscopios LOMO supusieron la posibilidad de acceso para muchos aficionados a unos equipos de calidad óptica más que aceptable a precios muy competitivos. Aún hoy en día (2019) se pueden encontrar equipos en ebay o páginas similares en muy buen estado. Pero sin duda lo más interesante es que existen en almacenaje, en Rusia mayoritariamente, aparatos completamente nuevos. Cuando uno se plantea la compra de un microscopio para iniciarse en este mundo, no debería descartar la posibilidad de adquirir uno de estos LOMO Biolam que seguro le va a proporcionar muchísimas horas de entretenimiento. Las posibilidades de configuración son muchas, así como los accesorios disponibles para casi todas las técnicas de observación. Resultan muy interesantes también para aprender, pues tienen todo lo que podemos esperar en microscopios de mucho mayor precio, pero todo un poco mas… «rudimentario», como más «primitivo», lo que obliga a fijarse más en lo que uno hace para conseguir unos buenos resultados, que si las cosas se hacen bien, sin duda se consiguen.
En principio es conveniente la compra de un equipo de segunda mano a uno «nuevo», pues la mayoría de los microscopios LOMO que han estado sin utilizar durante años están inservibles debido a la grasa solidificada que arruina el movimiento de los engranajes. Pero todos aquellos aficionados a los que les gusta el mantenimiento y bricolaje pasarán muy buenos ratos con la restauración y puesta a punto de uno de estos microscopios. Y no sólo por el tiempo que dure ésta etapa, sino porque después tendrán entre las manos algo un poco más «suyo» que un aparato comprado tal cual. Para los que sean un poco más escépticos respecto a sus habilidades manuales va dirigida esta pequeña guía que espero les sirva de utilidad. A continuación vamos a ver el ejemplo de un LOMO Biolam R-17 y su restauración para devolverlo a la vida útil.
El microscopio.
Se trata de un microscopio LOMO Biolam R-17 fabricado en 1984 en la planta de San Petersburgo. El estativo es el común a todos los modelos Biolam. En este caso, el enfoque fino se logra girando el disco negro que se encuentra en la base. El cabezal es binocular AU-12 con ajuste de dioptrías en el tubo izquierdo. La platina circular, centrable y giratoria, con movimiento mecanizado. Debajo de ésta se encuentra el condensador, que es el interesante OI-14, condensador que sirve para iluminación oblicua. La iluminación es mediante espejo que en sí mismo no es muy efectivo, pero que en mi caso lo utilizo en combinación con el OI-19, un iluminador exterior de alta intensidad que permite la iluminación Kohler y que veremos en otra entrada. Viene con oculares compensados de 5x, 7x, 10x, 15x y 20x y objetivos apocromáticos de 9x, 20x, 40x y otro acromático de inmersión en aceite de 90x.
El microscopio se compró en ebay y en su estado se indicaba «para desgüace o que no funciona». Efectivamente se detallaba que ni el enfoque grueso ni el fino funcionaban, así como tampoco se podía ajustar la altura del condensador. También los movimientos de la platina resultaban imposibles por estar totalmente atascada. En esas condiciones mecánicas un microscopio es inservible. Sin embargo también se decía que la óptica era limpia y clara. Además se incluyeron, seguramente para compensar, otros objetivos interesantes de inmersión en agua de 40x, otro de 60x de inmersión en aceite con diafragma iris, y otros planos de aumentos menores. Filtros azul, amarillo, esmerilado, y algunos accesorios, como llaves varias y un tubo extensible monocular para poder usar objetivos con diferentes distancias de tubo. Valía la pena hacerse con él, pues el entretenimiento estaba asegurado por una temporada.
El proceso.
Lo primero fue retirar la platina del microscopio y dedicarme a ella, separadamente. Es un elemento totalmente metálico, o al menos eso creía yo al principio, pero en realidad no es así. Las cremalleras que engranan con los piñones son de plástico, y con eso hay que tener cuidado. En general, no se puede forzar nada cuando un piñón está engranado con su cremallera. Esto sirve para todo el microscopio y las soluciones para desengranar los piñones de las cremalleras dependen de la parte de que se trate. En el caso de la platina, hay que desmontar una aleta lateral para quitar el piñón y poder deslizar las colas de milano, separando las partes para así poder limpiar y engrasar de nuevo.
Cuando el piñón está liberado ya podemos deslizar la parte móvil de la fija sin temor a romper la cremallera de plástico. Entonces tenemos que sujetar fuertemente la platina en un tornillo de banco, ayudándonos de un trapo o cartón para que no se raye el esmalte negro y golpear fuerte hasta que se separen las partes, con un martillo, preferiblemente de los que tienen la cabeza de plástico. La grasa está muy endurecida y aquí la superficie de las colas de milano es mucha, con lo que está realmente duro.
Los otros elementos de la platina estaban en buenas condiciones, así que sin más pasamos a desmontar el resto del microscopio.
Desmontando el estativo.
Para retirar toda la columna y poder trabajar sobre los engranajes del ajuste macrométrico y del condensador, debemos separarla de la base. No olvidemos que en el LOMO Biolam, cuando hacemos el ajuste macrométrico de la muestra, estamos trabajando sobre la columna, acercando o alejando todo el sistema óptico de una platina que permanece estática. Así pues procederemos a retirar la base dando la vuelta al microscopio para acceder a los tornillos (por supuesto, antes de todo esto tenemos que retirar todos los elementos ópticos como oculares, objetivos, condensador, espejo y todo aquello que se pueda caer o estropear con los movimientos). Vamos allá.
El pequeño tornillo del medio no es necesario retirarlo, pues se trata de un simple tope para el disco del ajuste fino del Biolam.
Cuando hayamos quitado la plancha, veremos que a través de los agujeros que se encuentran en el disco, podemos acceder a los tornillos más gruesos que son los que sujetan la columna y todo el peso del microscopio a su base. Los desatornillamos y separamos la base. Era necesario hacer esto porque los mecanismos del enfoque macrométrico y de altura del condensador que están atascados van a tener que salir hacia abajo
Ahora vamos a intentar separar primero la columna respecto al ajuste macrométrico. En este caso, el movimiento era difícil y resultaba muy duro, pero había movimiento. Entonces al intentar girar los mandos vemos que se desplaza con dificultad hasta que hace tope con la plancha donde está la marca, modelo y número de serie del Biolam, así que tenemos que retirarla.
La cremallera del ajuste macrométrico que sujeta la columna y todo el peso del microscopio es metálica, por lo que podemos aplicar un poco de fuerza sin temor a romper nada. Ya tenemos las piezas separadas y podemos empezar a trabajar en la parte del ajuste fino.
Este sistema de ajuste fino del enfoque en el Biolam funciona, como hemos visto, mediante un disco situado en la base. Observamos y no vemos ningún engranaje de piñón y cremallera, por lo que simplemente tenemos que separas las partes que están pegadas por la grasa endurecida por el paso de los años y la falta de movimiento. Esta parte consiste en una cola de milano de latón de varios centímetros de largo y muy bien ajustada, por lo que está verdaderamente dura. Volvemos a utilizar el tornillo de banco, y sujetamos la pieza protegiéndola con un trapo para no dañar la pintura. Por medio de un botador o cualquier elemento similar y un poco de cartón para no dañar el material procederemos a golpear sin miedo hasta que separemos las piezas.
Ya tenemos separada, pues, la pieza que constituye el mecanismo de ajuste del condensador, que está totalmente inutilizado. Procederemos con cuidado, observando antes de forzar nada. Vamos allá.
Recordamos la existencia de cremalleras de plástico y lo peligroso de forzarlas, así que vamos con cuidado a intentar trabajar sobre el ajuste de elevación del condensador, que está completamente atascado. Entonces, vemos que por suerte, ha quedado en la posición de fábrica, y tenemos acceso a los tornillos que sujetan la cremallera al piñon. Si no podemos desengranar el piñón, entonces retiraremos la cremallera, y así lo hacemos.
Primero retiramos el tornillo 1, que nos haría de tope. Este tornillo tiene como función ser soporte del espejo del microscopio. A continuación retiraremos los tornillos 2 y 3. Hay que tener en cuenta que estos tornillos no son iguales, ni la cremallera admite cualquier posición, por lo tanto deberemos apuntar o recordar para no tener problemas a la hora del montaje. Esto es extensible a todas las cremalleras del microscopio. La cabeza del tornillo 2 es avellanada (cónica), mientras que el tornillo 3 tiene la cabeza normal. Esto es porque en el montaje, el tornillo 2 con cabeza avellanada asienta en el agujero también cónico de la cremallera plástica y la coloca en su sitio exacto, siendo el tornillo 3 de simple sujeción. Entonces, cuando tengamos la cremallera libre, lo que haremos será girar el piñón con el mando de ajuste de altura del condensador, con el resultado de que no se moverá el dispositivo, porque está atascado, pero sí saldrá la cremallera y tendremos un piñón desengranado.
Con el piñón desengranado de la cremallera que ya no está en su sitio, ya no corremos el riesgo de romper nada al deslizar las colas de milano. Lo haremos, como antes, sujetando la pieza en un tornillo de banco si es necesario para separar las piezas.
Incluso desmontaremos el mando y sistema de piñón si queremos hacer un trabajo completo de limpieza y engrase.
Este es el proceso básico de desmontaje del microscopio LOMO Biolam con ajuste fino de disco. Lo más importante es intentar no forzar nada que se pueda romper. Especialmente hay que ser cuidadoso con los elementos que contienen cremalleras de plástico asociadas a piñones metálicos. Estos están presentes en la platina mecanizada, así como en el mecanismo de ajuste de la altura de condensador. El plástico parece sumamente quebradizo y si se rompiera no tendría solución. Por suerte, podríamos encontrar en algunos sitios de internet, como ebay, algunas piezas usadas que contienen esas cremalleras y sustituirlas. Por lo demás el microscopio tiene una construcción muy sólida, siendo casi todos los componentes metálicos.
En próximas entradas atenderemos los posibles problemas de otros elementos y algunos otros temas relativos a esta interesante marca que dispone de tantos accesorios al alcance del aficionado a precios muy interesantes.
¡Hasta pronto microscopistas!